Hace poco estuvimos pasando un fin de semana en Covelo. Para quien no lo sepa, es un municipio situado al sureste de la provincia de Pontevedra, en la comarca de A Paradanta. La orografía del municipio es la típica de la montaña gallega, de origen paleozoico, muy desgastadas, por lo que, en general, presentan un perfil de ondulaciones suaves. En concreto, el municipio de Covelo está situado en la Serra do Suído.
Para empezar, nos alojamos en la Rectoral de Fofe, un pequeño hotel rural situado en una antigua rectoral que, según cuentan en la casa, llegó a albergar a siete curas. La restauración del edificio fue cuidadosa, el lugar es extremadamente tranquilo y las vistas sobre el valle del río Tea son espectaculares. Tiene un pequeño restaurante que ofrece una comida correcta en un menú corto de opciones pero casero y a un precio razonable. La atención, tanto en la casa como en el restaurante, es muy cuidada.
Nuestro plan para el fin de semana era hacer rutas a pie pero nos tocó lluvia por lo que fue necesario cambiar de plan. En la casa encontramos un par de libros interesantes: el volumen dedicado al municipio de Covelo de la serie de guías de cruces, cruceros y petos de ánimas, de Estanislao Fernández de la Cigoña y Andrés Sampedro Fernández editada por la Asociación Galega para a Cultura e a Ecoloxía y un cuidado volumen publicado por el Obispado de Tui con todas las iglesias, capillas y ermitas del arciprestazgo de Montes-Mondariz en el que están integradas las parroquias de Covelo: un libro lleno de fotos en color y con detallada información de cada uno de los templos de la zona. Así pues, decidimos dar una vuelta para ver en vivo las iglesias y los cruceros que más nos llamaron la atención.
San Salvador de Maceira
No lejos de Fofe encontramos esta iglesia. La carretera pasa a su lado y, atravesándola, hay un interesante crucero atribuido a un tal “maestro Argibay” del que no encontramos otra referencia. La cruz es de brazos cilíndricos, por el lado del frente, el Cristo parece estar ya muerto y un ángel le acerca un cáliz. En el reverso, una imagen de la Virgen coronada por dos ángeles que conserva alguna policromía.
La columna, de corte hexagonal, rematada con un capitel corintio de volutas, está decorada a lo largo del fuste con diferentes figuras.
Crucero de Covelo
En la plaza situada delante del edificio del Ayuntamiento y a un lado de la iglesia parroquial, se encuentra el Crucero del Cristo de los Afligidos, obra de Xosé Cerviño. Este maestro cantero, autor del célebre Crucero de Hío (en Cangas), es acaso el más afamado autor de cruceros de Galicia. Dijo de él Castelao: “Calviño foi xenial e revolucionario, capaz de trocar os sinxelos cruceiros en grandes calvarios, ao xeito dos que se erguen na Bretaña. Estaba posuido da súa xenialidade até o estremo de saír máis caro pol-o viño que bebía que pol-o diñeiro que cobraba” [“Calviño fue genial y revolucionario, capaz de transformar los sencillos cruceros en grandes calvarios, al estilo de los que se levantan en Bretaña. Estaba poseido de su genialidad hasta el extremo de salir más caro por el vino que bebía que por el dinero que cobraba”] (As cruces de pedra na Galiza, [Las cruces de piedra en Galicia] texto citado en la web del Ayuntamiento de Covelo) (Castelao dice “Calviño” pero es a Xosé Cerviño, también conocido como Pepe da Pena, a quien se refiere.)
La obra está repartida en tres niveles: en la parte superior, en el extremo de la columna, sobre el capitel corintio, el Cristo muerto, en una cruz de brazos cilíndricos, como la de Maceira. En el revés, como es habitual, la Virgen Dolorosa.
Al pie de la columna cilíndrica, Adán y Eva expulsados del Paraíso, sobre una peana adosada en un lateral de la columna.
El crucero está situado sobre una gran base. Encima de esta base, cuatro figuras de buen tamaño representan la agricultura, la industria, la justicia y las artes, alegorías profanas que representan el progreso. Estas figuras hacen de este crucero una obra única en Galicia ya que no hay otro caso de representaciones profanas en cruceros. Existen, sin embargo otras dos interpretaciones de estas figuras: una, también profana, que hace referencia a las artes liberales: la arquitectura, la escultura, la pintura y la música y una última que las sitúa en el estricto marco de la imaginería religiosa, asignándoles la representación de las cuatro virtudes cardinales: fortaleza, templanza, justicia y prudencia.
Santo Estevo de Casteláns
Esta pequeña iglesia está situada al sur de la cabecera del municipio. Data del siglo XVIII, en concreto de 1766, año en que fue derruida una antigua ermita dedicada a Santa Ana que había en el lugar. el templo conserva los suelos de piedra y le fue retirada la cal de las paredes dejando la piedra a la vista. La nave tiene bóveda de cañón ligeramente apuntada y el techo de madera y cemento está encalado.
El retablo y la capilla principal fueron reconstruidas tras un derrumbe acontecido en los años 70 del siglo pasado.
En el interior de la iglesia destaca una tabla de ánimas que pudo pertenecer a uno de los retablos perdidos y una pila bautismal policromada. Junto a la iglesia hay un club social donde estaba reunido un animado grupo de vecinos y vecinas. Allí preguntamos y una de las vecinas, que tenía la llave, nos abrió el templo y nos contó algunas de estas cosas.
Conjunto parroquial de Barciademera
Existen referencias a actividad religiosa en Barciademera (escrito todo junto o, también, separado) desde el siglo XII. Hubo en las proximidades de la iglesia actual un monasterio de monjes bernardos, dependiente del de Melón, pero las tierras fueron cedidas en el siglo XVII al Condado de Salvaterra. A finales del siglo anterior hay constancia de que el estado de la iglesia era deplorable. A partir de 1616, cuando las aportaciones dinerarias desde las colonias americanas comienzan a hacer prosperar nuevamente los templos, se inician los proyectos de construcción de la actual iglesia parroquial de San Martín. Los trabajos de la fábrica comienzan en 1676 y se desarrollan en dos fases: en la primera, hasta 1733, se levanta la mayor parte del templo. La segunda etapa termina siete años más tarde e incluye la construcción de las bóvedas, de la cubierta y de la sacristía. En 1992 se realizó una restauración de las pinturas y de las cubiertas.
Todo el templo es barroco. En la fachada, sobre la puerta rectangular enmarcada en pilastras, una hornacina acoge la imagen de San Martín con los atributos episcopales. Sobre la imagen, una ventana, enmarcada también en pilastras semejantes a las de la puerta pero más pequeñas. Todos los elementos tienen pequeñas decoraciones vegetales y los típicos remates piramidales con esferas. En el remate de la fachada, en una pequeña hornacina con remate venerado, una imagen de Santa Bárbara.
La planta del templo es de cruz latina, con una capilla mayor bastante grande, del mismo ancho que el de la nave pero más alta. Es de factura esbelta, con bóvedas de crucería estrellada. La nave está dividida en dos tramos de diferente longitud separados por arcos fajones. Tiene decoración de policromía, restaurada en los trabajos de finales del siglo XX. En la imagen siguiente puede apreciarse al fondo la diferencia de altura entre la nave y la capilla mayor.
Las claves están decoradas con bajorrelieves y policromadas. Se representan en ellas cinco personajes: San Martín con báculo y mitra y los padres de la Iglesia: San Gerónimo, Santo Ambrosio, San Gregorio y San Agustín.
Todo el templo tiene interesantes retablos llenos de color. En los laterales de la nave, dos retablos enfrentados están dedicados respectivamente a la Virgen del Carmen y a San José. Son análogos, diferenciándose notablemente por la paleta cromática. En el de la Virgen del Carmen aparecen también los santos jesuitas Ignacio de Loyola y Francisco Javier. San José está acompañado por San Blas y San Roque. No se conoce el autor de estos retablos pero tienen una inscripción que data su fábrica en 1808.
En el brazo sur del crucero hay un hermoso altar y retablo de la Virgen del Rosario en el que la Virgen aparece acompañada, en las hornacinas de las calles laterales, por las imágenes de sus padres, San Joaquín y Santa Ana.
En el brazo norte del crucero se sitúa el altar y retablo de Ánimas o del Santo Cristo. Tanto este retablo como el anterior son obra del maestro Francisco Alonso de Castro, vecino de Porriño, autor también del retablo de las reliquias de la Catedral de Tui.
El Cristo, de tamaño casi natural, aparece en el centro del retablo, enmarcado en una profusa decoración dorada y policromada con motivos vegetales. En el centro, debajo del Crucificado, un altorrelieve de las Ánimas. En las hornacinas laterales hay una imagen de San Juan y otra de San Lázaro que, a todas luces, no corresponde aquí. En su lugar debió haber en sus orígenes una Virgen Dolorosa.
Para poder visitar la iglesia tuvimos que acercarnos un poco antes de la hora de la misa, el domingo por la mañana.
En esta iglesia tiene lugar en verano un ciclo de conciertos, iniciativa del cura con quien tuvimos ocasión de conversar. Un hombre joven, amable e interesado en darle vida a la comunidad y al templo.
Contigua a la iglesia se encuentra la que fuera casa rectoral. El edificio tiene una fachada barroca muy decorada. La casa está abandonada.
Baldomar
Por último, haremos mención a dos piezas interesantes situadas en este lugar al sur del núcleo de Covelo. En primer término, en el camino de acceso a la iglesia de Santa Marina, un crucero de interesante factura. La cruz, como en los anteriores, es de brazos cilíndricos. En la parte delantera, el cristo ya morto también está acompañado por el ángel que le brinda un cáliz. En el reverso, la imagen de la Virgen Dolorosa. Dos personajes aparecen sobre la Virgen pero corresponden a la parte delantera de la escultura: uno con martillo y el otro que tiene en su mano el INRI que acaba de retirar de la cruz.
La columna comienza circular pero después se hace hexagonal. Termina en un capitel piramidal invertido con decoración de hojas de acanto y volutas.
En el pie de la columna, del lado de la Dolorosa, una representación de las Ánimas. En la parte inferior, algunos rostros aparecen rodeados de fuego. Encima, un grupo más numeroso con los rostros tranquilos mirando casi todos hacia el Salvador que se encuentra justo encima de ellas.
No hay constancia de la autoría del crucero pero su similitud con el de Maceira permite atribuirlo al mismo autor.
Próximo a la iglesia de Santa Marina y al crucero, en el lugar de As Óseas, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora al pie de la Cruz o iglesia de la Santa Cruz. Para poder visitarla, nos acompañó un vecino al que localizamos en su casa, cerca del crucero.
Las primeras noticias de este templo datan de 1711. Las obras no terminarán hasta mediado el siglo XVIII y el culto público no se concede hasta bien avanzado el siglo XIX. Entre 2000 y 2006 se hizo una restauración completa del santuario aunque los vecinos comentan que la obra no quedó bien rematada y siguen teniendo problemas de humedades en la cubierta.
En la fachada llama la atención el reloj, que tiene un mecanismo de contrapesos que puede verse (y escucharse) dentro del templo.
El paso a la nave está cerrado con rejería de madera policromada.
La planta es de cruz latina. La bóveda de la nave es de madera. La bóveda central es de crucería. Los nervios se sustentan en ménsulas situadas en las esquinas. La clave está decorada con un altorrelieve policromado con un sol. En los cuartos que forman los nervios, próximos a la clave, se sitúan unas piedras talladas y policromadas con representaciones florales en tres de ellas y, en la cuarta, el Espíritu Santo y una media luna.
La capilla mayor, algo más alta que la nave central, tiene bóveda de cañón con casetones decorados con policromía. El retablo, exento, es un interesante ejemplo de imaginería popular. Todas las figuras son escenas relativas a la pasión de Cristo.
El camarín central muestra la escena del descendimiento, con Cristo en los brazos de su madre. En los laterales, la coronación de espinas y la oración en Getsemaní. En la parte trasera, la flagelación.
En esta iglesia, como en muchas otras de Galicia, se celebra cada año en Vienres Santo la ceremonia del desenclavo. El privilegio de esta celebración está en el origen de la edificación del templo.
El paisaje
Iglesias como estas y cruceros más o menos interesantes hay en diferentes lugares de Galicia. Lo que agrega interés a estas del ayuntamiento de Covelo es el entorno en el que están situadas, en la Serra do Suído. El paisaje es, pues, un elemento fundamental.
Como ya comenté al principio, nuestro plan para este fin de semana era hacer senderismo pero el tiempo no acompañó. Aun así, aquí dejo unas pocas imágenes del paisaje en la zona. Siempre hay opción de tomar alguna foto.
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